martes, 20 de marzo de 2012

Capítulo 74: Sesenta



Guarda algunos recuerdos de tu pasado porque sino ¿cómo podrás demostrar alguna vez que no fué un sueño?

Justo dos meses, SÓLO DOS MESES. Es en estos momentos cuando miras atrás y ves todo el tiempo que ha pasado, y todo lo que has vivido en ese tiempo, y todo lo que ha cambiado tu vida, porque desde luego cambios personales ha habido y muchos.

Sé que este año no he dedicado mucho tiempo al blog. Quizá sólo lo usé como vía de escape en los malos momentos y sólo quede reflejado lo negativo de la residencia.

Sí, lo he pasado muy mal en algunos momentos. Y más por la presión que por el trabajo en sí.
Me he sentido muchas veces como un marioneta en manos de un titiritero. He tenido que callar mucho pero a la vez y por fin, he aprendido a defender lo que es mio, mis derechos, mi terreno, y también he hablado cuando tenía que hablar sin tener miedo. Porque al final te cansas de tanto temer, porque al final te cansas de tanto pensar en las consecuencias. Luchar es importante, si luchas ahora estás preparada para luchar en el futuro contra quién sea. Me he crecido, y no tengo miedo de decirlo, ya no me achico tanto ante un ginecólogo o ante un médico en general. Algunos se han ganado mi respeto y otros lo han perdido desde hace mucho.

Sé muy bien qué camino quiero llevar, y desde luego o cambia mucho la situación o EL HOSPITAL NO ES MI SITIO.

Quedan 60 días y todavía mucho que pelear y mucho que aprender, aunque para aprender está la vida entera.

He aprendido a apreciar las pequeñas cosas, los pequeños momentos que componen la vida, el valor de los tuyos, el valor del tiempo libre, que no todo es trabajo, que no todo es una nota, porque un 8 o un 5 no va a decir si soy mejor o peor matrona. He aprendido a tomarme todo tan a pecho, a relajarme cuando veo que las cosas me sobrepasan. Me he dado cuenta de lo que quiero en mi vida.


Sabía que el parto era el momento más especial en la vida de una nueva familia, pero con la residencia le he dado aún más importancia si cabe. He aprendido a disfrutar de los partos, a asistirlos sólo con mi presencia, a intentar intervenir lo menos posible, a intentar hacer que ese momento sea sólo de la pareja y el bebé...

He aprendido que la matrona no sólo está en partos. También me encanta la atención primaria, por la complicidad que llegas a alcanzar con la mujer, por la pequeña familia que llegas a formar, por los momentos de risas y los momentos de llantos, por la ayuda que ofreces y por los momentos que ellas te dan, por lo que aprendes de ellas, por las preguntas tan raras que te hacen que te quedas patidifusa...jajaja.

A dos meses de alcanzar mi sueño: SER MATRONA.