Y si no tengo tiempo para escribir en este blog, menos para hacer otro nuevo, así que sí, aquí sigo, saboreando mi última semana de vacaciones en casita, recién llegada de Cantabría (enamorada me hallo, jeje).
Termina con ello también mi rotación más importante por partos, 4 meses intensos, 4 meses en los que he cambiado mucho, en los que me veo más fuerte, más suelta, más yo.
Ha habido de todo, momentos malos y momentos buenos; predominan los buenos, los partos bonitos, las alegrías, la felicidad.
Ahora empiezan "los proyectos" en mi cabeza. Siempre he sido así, no termino una cosa y ya estoy pensando en la siguiente. Cuando termine quiero hacer demasiadas cosas, de las que no haré ni la mitad. Hacer psicología por la UNED, investigaciones/estudios sobre matronería, terminar inglés en la EOI, formarme en partos en casa...en fin, como os digo, demasiadas cosas.
Pero lo que os interesa son los partos, la mujer, el bebé, el papá. Estoy contenta, estoy muy contenta, porque además me he dado cuenta de que mi unidad docente está muy pero que muy bien comparada con otras. Se respeta bastante a la mujer, ya no les trata de "locas" o "tontas".
Lo que me da pena es que las matronas más respetuosas con las decisiones de la mujer, o están de bajan, o se van a otro hospital, de hecho, una de las que más me gustaba, se va esta semana. Me da mucha rabia, pero es así.
Cuando llegue de mis vacaciones empiezo en neonatos, un mesecín. Me parece excesivo el tiempo, y no me gusta mucho la rotación, más que nada, porque los prematuros me dan mucho miedo, jeje, verlos tan chiquitines, con un mogollón de cables y una máquina que no para de pitar.
Tambien retomamos las clases, más feas que las del año pasado porque es todo patología. Llegan por tanto los trabajos, y exámenes.
Así que seguiré disfrutando de estos días, de días de otoño de verano, jeje.
Un saludo y gracias a todas por seguir ahí.