Pues siento empezar tan mal, pero no, no tengo nada que contar, al menos nada bueno. Todos conocemos la crisis en la que estamos inmersos, y si antes a las matronas se nos rifaban ahora parece que sobramos, ahora parece que la mujer no merece una atención de calidad, ahora supongo una sobre carga de trabajo para las afortunadas que tienen un puesto de trabajo.
Después de esta vorágine de sentimientos de nostalgia y melancolía, de días encontrados entre la tristeza y la alegría viene el darte de bruces con la realidad.
Pero a mi no hay quien me quite la ilusión. Ayer mismo estaba sentada en el banco de un parque esperando a mi novio (y futuro marido dentro de apenas 4 meses ;) ) despues de hacer papeleos varios y sin más entablé una conversación en silencio conmigo misma:
- Soy matrona, ¿soy matrona? Ixhaaaaa, que eres matronaaa!!! jajaja, joder (lo siento), que lo soy.
Sí, creo que fue en ese momento en el que desperté del letargo y lo viví de manera real, fue cuando sonreí y me dí cuenta, fue cuando unas mariposas especiales revolotearon en el estómago. Puedo dedicar mi vida a esto, MI VIDA ES ESTO, no entiendo otra forma de vivir, no es un trabajo, es a la vez una forma de vida, un arte, una pasión, un sentimiento.
Y es por ello por lo que nada, ni una jodida crisis, va a acabar con mi jodida ilusión, con la ilusión de mi vida, con mi vida entera.
Ya lo decía Einstein: "Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones."
Yo prometo encontrar la solución, de hecho, está en pleno proceso, pero eso será en otro capítulo.
Porque el momento que vemos en la imagen bien merece la pena el esfuerzo que he hecho y que seguiré haciendo, y prometo cuidarlo y cultivarlo cuando tenga la oportunidad de ejercer mi vocación.
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