viernes, 6 de enero de 2012

Capítulo 73: El tiempo pasa

El tiempo pasa y yo tengo el blog abandonado, pero no del todo.
Hace tiempo que no escribo, he pasado ya por bastantes rotaciones desde la última vez que escribí: atención primaria en Diciembre y actualmente en rehabilitación del suelo pélvico y planificación familar.

Atención primaria me encanta, la verdad. Me gusta el contacto tan directo con las embarazadas y sus parejas, la confianza que se puede llegar a establecer entre nosotras, el resolver dudas...me gusta y me lo he pasado bien.

En cuanto a rehabilitación del suelo pélvico también me está gustando. Es increible lo que puede llegar a provocar un parto, sobre todo en litotomía o si se ha empleado instrumentación...y ya no te digo con el Kristeller...impresionante. Y lo bien que viene una buen fortalecimiento del suelo pélvico tanto antes como despúes del parto.

Luego está planificación familiar. No es que no me guste en sí, pero como estamos ahí en plan mueble, pues bueno, no la aprecio tanto.

Estas dos noches tengo guardia y sólo estoy pensando "que no sea cómo las últimas!!", porque si, la última vez incluso tuvimos que llamar a la resi de gine porque no dábamos para todo.





El tiempo pasa... corre....vuela. En 133 días seré matrona. 133. Esta etapa es dificil: se encuentran muchos sentimientos, muchos pensamientos: SERÉ CAPAZ YO SÓLA? ESTOY PREPARADA? POR QUÉ TENGO MIEDO?, pero a la vez quieres alcanzar esa puerta. Sólo estás a unos pasos de ella e intentas alargar el brazo porque lo único que quieres, lo único por lo que ahora estás en ese punto, es tomar el pomo, abrirla y ver de nuevo tu vida en el punto en el que la dejastes. Volver a ser la de siempre, volver a tener otras preocupaciones que no sean sesiones clinicas, cursos y discusiones con tutores, volver a tener vida propia.

133 días y de nuevo acaba una etapa y empieza otra.

5 comentarios:

María dijo...

ánimo, dentro d nada estarás atendiendo partos como matrona y todo esto t parecerá un sueño raro! jeje :P un besito!!

Scitus dijo...

vas a ser muy capaz!!!! disfruta estos últimos días de guardias y rotaciones...consulta, no te quedes con dudas,te irá de maravilla!!! recuerda que luchaste mucho por llegar acá y adoras lo que haces día a día a pesar de gente "Malita" por ahí.

Es increible como pasa el tiempo, si fue ayer solamente cuando ingresabas y seguimos tu blog xD jajajaja

ANIIIIIIIIIIMOOOOOOOO!!!

PD: en Chile el "133" es para llamar a la policia jajajaja xD y si sumas los digitos es un "7" de buena suerte. jajajaj

ENJOY!

resi dijo...

Ya te queda nada!!!! jejeje y vas a ser una matrona de las que no se olvidan, estoy segura!!

Anónimo dijo...

Que identificada me siento contigo... Yo también estoy terminando la residencia y me abruman igualmente todos esos temores: no saber si estás preparada para hacerlo tu sola, el miedo a cometer errores, la incertidumbre de tener o no trabajo, el respeto de la gente con la que nos vayamos a encontrar... en fin... tantas cosas. Han sido 2 años duros, lejos de la familia, para mi todo un reto a la independencia, una ciudad desconocida. Hemos trabajado mucho, pasando por muchas unidades hasta ahora casi desconocidas para nosotras como suelo pélvico, planificación familiar, la consulta de la matrona en Atención Primaria, consulta de monitores, paritorio..y tantas otras. Pero lo más duro es cuando se producen injusticias hacia las mujeres que están en su momento más duro, el parto. Cuando te tienes que pelear con el residente de Ginecología porque quiere romper la bolsa, poner oxitocina o pasarla ya al paritorio para abreviar expulsivo y cascarle un forceps o espátulas o ventosa, quitándote así las ilusiones por hacer un parto bonito, a tu manera...
Creo que en nuestras vidas habrá un antes y un después. La residencia son dos años, pero muy intensos, en los que te formas para ejercer una profesión en la que no solo tratas a mujeres de parto, si no que cuidas a dos seres humanos al mismo tiempo, pero sobre todo, cuidas a una madre como una madre. Lo más bonito es cuando te sigues emocionando al ver las lágrimas del papá que ve por primera vez a su hijo, o cuando una madre te dice que no te olvidará jamás... y eso no tiene precio.
Isa

Agnodiké dijo...

Muchisimas gracias por vuestros ánimos!!!
Isa, tienes toda la razón del mundo.
Yo pienso pelear mucho para que no se cometan injusticias con la pareja y con el bebé!.
Lo más bonito es esa emoción que creo que nunca se perderá!.

Publicar un comentario