Capítulo 4: Del día de la elección de plaza

El éxito no se encuentra ,se busca incansablemente.
Alex Orihuela S.

8 de Abril de 2010:

Esa noche no dormí.
Miré el reloj a cada hora que pasaba. Lo poco que podía dormir era para soñar con “El momento”.
No podía parar de pensar, “¿me alcanzará para poder ir a donde quiero?”, “¿Dónde terminare?”…

Me levanté a las 7 de la mañana. Ducha. Me preparo. ¿Desayunar? Imposible, mi estomago no acepta nada.
Despierto a mi novio: “vamos, que he quedado con las chicas a las 8”.

Salimos a las 7:50.
Empiezo a conocer a mis chicas. Estoy demasiado nerviosa. Por mi cabeza pasan miles de cosas, me tiemblan las manos, pero este es el paso final ¿o más bien el principio?
Me voy a tomar algo con ellas, o al menos yo las acompaño, porque mi estomago cada vez esta más y más cerrado.
Regresamos al ministerio. Entramos. Empiezan a llamar. Estoy atenta a mi nombre.
Ahí voy….
Enseño mi DNI, paso corriendo dentro, me ponen una pegatina (“¿estamos en OT?”), corro detrás de la última chica (“¡que me pierdo!”), se me cae la pegatina, la busco, la cojo, sigo corriendo (“¿pero a dónde van?”)…Llego, entro al salón, me siento donde me mandan…y a esperar. Entablo conversación con la chica de al lado, veo a Albarod, a Kaperu, a Patricia. Esto parece que no termina nunca, bueno, más bien que no empieza nunca.

Y comienza.
Ligero resumen de lo más importante. Pequeño discurso y…EMPEZAMOS.
Primera, segunda, tercera, cuarta….con cada persona que pasaba mi corazón se paraba durante unos segundos, contenía la respiración, “que no la elija, que no la elija”, la chica o el chico decía su destino y yo volvía a la normalidad, frecuencia cardiaca y frecuencia respiratoria normales, pero sólo durante unos segundos.
El corazón casi se me sale por la boca.

Llega mi turno. Esta claro que ¡VOY A SER LA PRIMERA EN ELEGIR EL DESTINO QUE QUIERO!, después de tantos nervios, de tanta incertidumbre, LA PRIMERA . Pero aún así estaba nerviosa, muy nerviosa, tanto que la sonrisa que me caracteriza se perdió hace unas horas y no la he vuelto a encontrar.

Ya estoy delante del ordenador.
-¿Qué destino quieres?- Me preguntan.
- XXXXXX, digo yo. (“¿Me esta temblando la voz?”)
Un compañero le dicta una cifra, supongo que será el código de la ciudad que he elegido.
-Comprueba tus datos- me dice el amable hombre, mientras me los lee en voz baja y me apunta a la pantalla.
-Están bien- contesto yo.
Leen mis datos a través del micrófono.
-Ya le puedes dar al intro.
Acerco la mano al ordenador, y le doy. Un simple gesto que ha cambiado mi vida, un simple gesto que ha cumplido mi sueño.

-ASIGNADA-

Me voy. Fuera me dan la credencial (ese papelito que he leído tantas veces en que pone que es MI PLAZA, jeje), el Programa formativo y el Libro de Residente.

Salgo fuera. Tengo que llamar a mi novio para que venga.
Hablo con alguna de las chicas que he conocido esta mañana. Están pletoricas, se les nota. Yo sin embargo no reacciono. Parece que eso no me esta pasando a mi, que es un sueño mas.
Hoy en día sigo sin reaccionar.
Llega mi novio, le digo mi destino y dice:
-¡Lo sabia! (no sé como, pero él siempre lo sabe).

Volvemos al hotel, dejamos los papeles, bajamos a desyugar.
Llamo a mi familia…Todos sabían que iba a tener suerte (vaya, todos menos yo, que mis nervios casi me pasan factura…).
Volvemos al hotel, recogemos todo.

Y de regreso.